La conexión con un cargador inalámbrico es más rápida y fácil que conectar cables todo el rato. Tan sencillo como poner tu teléfono sobre el cargador para que este comience a cargarlo inmediatamente, sin que tengas que usar la otra mano para conectar cable de carga alguno. Los cargadores inalámbricos también protegen a tu teléfono contra el daño producido por el desgaste que provoca la continua conexión/desconexión de cables en los conectores. Su construcción es más sólida que la de los cables de carga que suelen terminar deteriorándose.

Imagina que puedes llenar un poquito la batería de tu teléfono iPhone o Samsung cada vez que lo dejas en la mesa. Con la carga inalámbrica esto es posible. Existen muchos modelos de cargadores inalámbricos de diseños y tamaños muy distintos. Teniendo uno en la mesilla de noche, uno en tu escritorio o incluso uno en el coche te resultará muy sencillo tener cualquier dispositivo siempre cargado, incluso aquellos que más usas.

La carga inalámbrica es igual de rápida que la que te proporciona cualquier cargador convencional por cable. Una base de carga de 5 vatios cargará tu smartphone a la misma velocidad que un cargador de pared de 5 vatios/1 amperio, que suele ser el estándar que viene viene incluido con tu smartphone.